En el siglo XVII en Chester, Inglaterra mandaron a un platero para que construyera un trofeo para una carrera de caballos. Al construirlo quedo inaceptable, construyó un segundo trofeo pero también quedo feo, así que le toco hacer un tercero. Para no despreciarlos, dieron 1er puesto, 2do puesto y 3er puesto.
Por esos existen esas premiaciones.
Por esos existen esas premiaciones.